Nuevas expectativas, nuevos retos
En esencia, el papel del periodista es el mismo de siempre: Informar de los hechos, de forma objetiva y exhaustiva. Hoy, sin embargo, ya no basta con dar noticias: los periodistas están sometidos a una presión cada vez mayor a la hora de pensar en si los contenidos que producen tendrán impacto, atraerán a la audiencia e impulsarán la participación. Los recursos limitados y menguantes, las plantillas más reducidas y la lucha por mantenerse al día con las nuevas tecnologías y competir con los influencers de las redes sociales no hacen más que alimentar este desafío.
Consejo profesional: Ejercitar la empatía con los periodistas
La necesidad de contar con socios de RR.PP. que comprendan estas dificultades, respeten su tiempo y puedan ofrecer una comunicación clara, específica y orientada nunca ha sido mayor, ni más apreciada.
Hemos pedido a los periodistas que nos digan cuáles son los mayores factores de estrés relacionados con su trabajo. Esto es lo que dijeron algunos de ellos:
«La pérdida de confianza y de lectores/seguidores debido a la avalancha de contenidos que no aportan contexto alguno para que los lectores/seguidores le encuentren sentido».
«Decadencia del propio periodismo en las comunidades (por ejemplo, cierre de muchos periódicos)».
«Llegar a las fuentes es cada vez más difícil porque las posibles fuentes ya no están necesariamente trabajando».
«Mantener la moral/energía personal»
«En función de los índices de audiencia y de los clics, que definen las noticias que se difunden».
«Separar la información objetivamente honesta de las fuentes que demuestran un sesgo político sustancial»